Este verano uno de mis cuñados ha hecho algunas etapas del Camino de Santiago. Iba solo y la verdad es que a mi no me hacía mucha gracia por muchos motivos. La soledad en pruebas duras, puede ser buena en algunos momentos, pero muy dura en otros. Aunque, por lo visto, sólo fue duro físicamente en algunas situaciones, pero por soledad no sufrió nada de nada. Conoció a mucha gente e hizo un grupo de amigos del que está muy contento.
Especialmente hay alguien a quien quiero mencionar porque tuve el placer de conocerla ayer. Se llama Susana y en cuanto se enteró del caso de Martí se ofreció sin dudarlo a echarnos una mano tanto a través de su empresa como a nivel personal... Más que una mano yo diría que nos echó un abrazo porque en 5 minutos resolvió dos temas que nos tenían muy agobiados porque las personas que iban a ayudar, nos dejaron colgados. El descanso que sentí al ver que, por fin, después de tanto tiempo, ese tema estaba solucionado, no se puede expresar con palabras.
A parte de esto, Susana tiene un proyecto muy bonito entre manos que todavía no podemos desvelar.
Es la "parte positiva" de esta enfermedad, que nos da la oportunidad de conocer a esas personas maravillosas y generosas que, aunque a veces no lo parezca, todavía hay por el mundo. En cualquier momento, en cualquier lugar, aparece alguien que te da un toque y te dice "eh, que no estás solo. Apóyate en mi".
Para el proyecto de Susana he necesitado un poco de ayuda y mis amigas Espe, Lurdes y Bego tardaron nada en ofrecerse. Ah! Y por supuesto Jose y Omar, a la hora que haga falta. Sois geniales. :)
GRACIAS
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.